
Entro al santuario, sabiendo que allí tu estás, tendido y rendido en algún soñado laberinto de ideas, me acerco al altar, a nuestro santuario, y te toco, toco tu piel blanca, pura, limpia, risueña, apta para recibir mi ternura, mi calor, algo de fuego con cierto pudor.
Me sumerjo al redil, a la manta, a la frisa carmesí que arropa el sueño y te despierto, te beso, te respiro, me sumerjo sobre tu pecho, buscando tu abrazo, tu aliento, tu deseo, tu amor.
Altar encendido entre piernas, altar de fuego infinito que alaba, que canta ante nuestro sacrificio de amor y ternura, palabras consagradas y a la vez sacrificadas que suben como olor fragante a la presencia de los seres que nos miran con respeto y cierta admiración.
Amor, unión de almas y dos cuerpos que se seducen y se buscan, para consumar su devoción.
8 comentarios:
Bello poema, lleno de magica pasion. Hermoso tu santuario amiga, besos, cuidate.
Es lindisimo y profundo.
besitos mi niña
je y amor
je
je
La entrega amorosa, la pasión...
Buenas palabras, buena construcción.
Para dejar atrás el yo, el tú, jugando al nosotros....
Bello........
Buscando al tú
me encuentro,
hallándote me hallo
y el soñado laberinto
se convierte
en realidad
hallada.
Besos
Bonito poema de amor
Besos
No podías expresarlo de mejor forma, precioso canto al amor, sobran las palabras, basta con leerlo. Un beso grande.
Precioso...
La mágica santidad del amor...
Cariños
Publicar un comentario